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Referência (documental ou bibliográfica)

  • Identificador:
    60627
    Tipo de Referência Bibliográfica:
    Título da referência:
    Nuevo descubrimiento del gran rio de las Amazonas
    Autor(es):
    ACUÑA, Cristóbal de
    Data de produção/publicação:
    1641
    Notas sobre esta referência:

    O autor, Cristóbal de Acuña (1597–1676), era jesuíta espanhol, missionário e cronista. Publicada em Madrid em 1641, a obra foi escrita após a expedição de Pedro Teixeira (1637–1639), que percorreu o rio Amazonas desde Belém até Quito e retornou. Acuña acompanhou a parte final da viagem, por ordem da Coroa espanhola, para relatar e avaliar a região amazônica com vistas à defesa e evangelização. É considerado um documento fundamental para a história da Amazônia, pois combina relato científico, etnográfico e político. Influenciou decisões da Coroa sobre fronteiras e missões religiosas, sendo uma das primeiras descrições sistemáticas do rio Amazonas e suas populações. Entre seu conteúdo, destacam-se:

    - Descrição geográfica do rio Amazonas e seus afluentes.
    - Observações etnográficas sobre povos indígenas, seus costumes e línguas.
    - Relato das missões religiosas (jesuítas e franciscanos) e suas dificuldades.
    - Informações sobre fauna e flora, recursos naturais e potencial econômico.
    - Recomendações estratégicas à Coroa espanhola para ocupação e defesa da região.

    Transcrição:

    VII - Navegam este Rio dos Religiosos legos de S. Francisco
    Esta ciudad de San Francisco del Quito, que es una de las más famosas de toda la América, edificada sobre montes, en la más alta Cordillera, que corre por todo aquel nuevo Orbe; aun como medio grado a la vanda del Sur, de la línea Equinocial, Cabeza de una Provincia, la más fértil, más abundante, más regalada, y de mejores temples que otra ninguna del Perú; y que en multitud de natura, es policia, buena enseñanza, y Christiandad dellos, a todas la auentaja. De esta ciudad pues, por los años de treinta y cinco, treinta y seis, y principio del de treinta y siete, salieron ciertos Religiosos de San Francisco, por orden de sus Superiores, en compañía del Capitán Juan de Palacios, y otros Soldados, para proseguir estos en lo temporal, y aquellos en lo espiritual, con el descubrimiento de este Río, que ya más avia de treinta años, principiaron los Padres de la Compañía de Jesús, por los Cofanes, donde los naturales mataron cruelmente al Padre Rafael Ferrer, en pago de la Doctrina que les enseñaba. Llegando pues los dichos Religiosos de San Francisco a la Provincia de los Encabellados, numerosa mucho en gentes, pero bien estrecha para el encendido celo con que estos siervos de Dios, como siempre acostumbran, la pretendía reducir al gremio de la Iglesia: asistieron entre los naturales algunos meses, y viendo el tiempo que perdían, y que la mies aun no la tenía Dios,  razonan se volvieron unos a su Convento de Quito, quedando los otros en compañía de los pocos Soldados que allí quisieron asistir al lado de su Capitán; que a pocos días vieron por sus ojos, muerto a manos de aquellos a quienes iban a hacer tanto bien: con que les fue fuerza desamparar la tierra, y enderezando su viaje a Quito todos los demás, dos Religiosos Legos llamados Fray Domingo de Briena, y Fray Andrés de Toledo, con seis Soldados en una embarcación pequeña, se dejaron llevar de la corriente río abajo; no con otro intento, a lo que se puede imaginar, que iludidos de divino impulso, que en tan flacos instrumentos, tenía libra do el primer descubrimiento deste río.

    VIII - Llegan los dos Religiosos al Marañon.
    Favoreció Dios los intentos de estos dos Religiosos, después de muchos días de navegación, en que experimentaron bien su providencia, llegaron a la Ciudad del Pará, población de Portugueses, que está situada cuarenta leguas, de donde este río desemboca en el Océano, jurisdicción de el Gobierno del Marañón; habiendo pasado sin lesión alguna por inmensas Provincias de Bárbaros y muchas de ellas Caribes, que comen carne humana, recibieron de ellos el necesario mantenimiento, para llevar al fin lo comenzado. Pasaron luego a la Ciudad de San Luis del Marañón, donde el Gobernador asistía, que entonces era Jacome Reymundo de Noronha, electo a mi ver, mas por Providencia Divina, que por la voz del pueblo, pues ninguno otro rompiera con tantas dificultades, ni se opusiera a tan contrarios sucesos, que inquietara el celo y obligaciones que a él le corrían, de servir desinteresadamente en este descubrimiento a tu Dios, y a su Rey. A este pues dieron los dos Religiosos noticia de su viaje, que fue como de personas, que venían cada día huyendo de las manos de la muerte, y lo que más pudieron aclarar, fue decir, que venían del Perú, que habían visto muchos indios, y que se atrevieran a volver por donde havían bajado, habiendo quien quisiese seguir esta derrota.

    IX - Es nombrado para la Conquista Pedro Texeyra
    Confuso quedaba en este estado nuestro descubrimiento, y mal podía su Majestad tomar resolución de lo que convenía a su Real servicio, si el Gobernador, como ya dije, no tomara a pechos el aclarar estas sombras, y contra el parecer de todos; imbiar gente por el río arriba hasta la Ciudad de Quito, que con más atención, y menos recelos, notasen todo lo que hallasen en él, digno de advertencia. Para esta empresa nombró por Cabeza, y Caudillo de todos a Pedro Texeyra, Capitán por su Majestad de los descubrimientos, persona a quien el Cielo sin duda tenía escogida para esta ocasión, pues sola su prudencia, y sus obligaciones pudiera acabar lo que el trabajo y hizo, en servicio de su Rey en esta jornada, no solo con gastos y perdidas de su hacienda, sino también con mucho dispendio de su salud; si bien nada de esto es cosa nueva, en quien por tantos años que ha que firme a su Majestad, nunca ha granjeado otros intereses, que dar honrada cuenta de todo lo que se le ha encargado, que ha sido mucho, y en ocasiones de no poca importancia.

Como citar esta referência

ACUÑA, Cristóbal de. Nuevo descubrimiento del gran rio de las Amazonas. Madrid, Imprenta del Reyno, 1641.